Rafa Benitez ex-Entrenador del Valencia cf.
Publicado: 17 May 2006 11:35
[centrar]Carta abierta a Rafa Benitez[/centrar]
Anoche me vino la imagen a la cabeza de Cañizares llorando mientras tiraba con rabia la medalla del subcampeonato de Europa. Famosa foto que dio la vuelta al mundo y que fue motivo de burlas para unos y, sin embargo, motivo de orgullo para otros. La época de Cúper, aunque nos cueste reconocerlo, empezó a hacernos grandes.
A partir de ahí, lo más importante de aquello, sin duda, fue que quedara patente una mentalidad que ha calado en lo más hondo del valencianismo y que a día de hoy no ha cesado. Eran otros tiempos, el Valencia jugaba a ganar todos los partidos, y cuando digo a ganar, me refiero a que se dejaba la piel y el alma, conjuntamente, en el campo. O mejor, como le gustaba decir al entrenador que a partir de entonces, los dirigía, Don Rafael Benítez, los jugadores salían al 110%.
¿Por qué pienso ahora en lo que ocurrió aquella noche? Desde que nos dejó Rafa Benítez, el equipo carece de carácter y lo ha venido demostrando a lo largo de dos años tediosos. El juego ramplón, la dejadez de algunos jugadores, la actitud desafiante de algunos técnicos. Parece que son malos tiempos pese a volver a Europa, eso sí, por la puerta de atrás viendo lo visto. Estuvimos a seis puntos del primer puesto y, cuando toda la afición volvía a tener esa sensación que Benítez transmitía en todos sus partidos, nuestro entrenador se encargaba de devolvernos a la realidad. Nosotros somos animadores decía, nuestro objetivo es entrar en Champions, no pugnar por la liga. ¡Por dios, que estamos a seis puntos! No puedo evitar acordarme de una rueda de prensa que hizo Rafa Benítez sino me equivoco a mediados de Abril. “Vamos a darlo todo y la afición debe ser la primera en ayudarnos a conseguir el título de liga”. ¿A cuantos puntos estábamos entonces del primero? Lástima no recordarlo, porque lo que hizo el Valencia ese año fue de escándalo.
Don Rafael Benítez supo ganarse a todo el valencianismo y, creo que eso quedó sobradamente demostrado el día que se fue. Todos “lloramos” su marcha. Hablo de la afición, claro, porque los medios de comunicación ya se encargaron de dañar un poco su reputación hablando de su marcha “por dinero”, cuando todos sabemos que fue por “disparidad de opiniones” con directivos que, por otro lado, ya no continúan en el Club.
Las lágrimas de Rafa Benítez eran lágrimas del aficionado de a pie que veía como una etapa de supremacía europea e incluso mundial (mejor equipo del mundo en el 2004) terminaba. Un ciclo concluía y, creedme, a día de hoy, y por muchos títulos que podamos ganar, nadie me va a poder dar todo lo que me dio aquel “desconocido” entrenador. Parece que muchos no quieren darse cuenta, pero hay un antes y un después. Antes nos conformábamos con entrar en la UEFA. Ahora estamos hambrientos de título. La mentalidad ha cambiado, y esa era la mentalidad de Rafa Benítez que supo transmitirla a todos los estamentos del valencianismo. Empezando por sus jugadores que creyeron en sus posibilidades y nos dieron grandes noches de fútbol, seguidos por directivos que empezaron a trabajar para un club que cambiaba de nivel y acabando por cada uno de los aficionados que ahora estamos ansiosos por ver un equipo que sea capaz de parecerse a aquel de hace apenas dos años, dos años que parecen dos décadas, por cierto.
Pero Rafa Benítez no sólo fue un artífice para el buen rendimiento deportivo del Valencia. Aunque parezca que no, a día de hoy, nos ha dejado bastantes beneficios económicos que en años venideros pueden ser más. ¿Cómo? Hacer un equipo grande, conocido mundialmente conlleva las famosas giras asiáticas, que si bien es cierto que a nivel económico no aporta mucho, nos abre al mayor mercado consumista del planeta. Los asiáticos son grandes seguidores del fútbol europeo y gastan grandes cantidades de dinero en merchandising. Blanco y en botella…
Sin irnos tan lejos, aquí en Valencia, la consecución de los títulos de liga, los subcampeonatos de Europa, la UEFA, etc., ha hecho que su duplique la venta de productos del Valencia, la apertura de nuevas tiendas en toda la Comunidad Valenciana. Pero no contento con esto, ha conseguido que la demanda de pases para ver al Valencia en Mestalla aumente considerablemente haciendo que la lista de espera sea interminable. Esa demanda hace reflexionar al Valencia C.F. ¿Qué podemos hacer para satisfacer a tantos aficionados? Estadio nuevo.
No se trata de darle a Rafa Benítez todos los méritos de lo grande que se ha hecho, por suerte, este equipo, pero si que quiero hacer ver que, gran culpa la ha tenido él, y le estaré eternamente agradecido.
Ojalá, podamos verle otra vez dirigiendo al Valencia. Ojalá, podamos verle otra vez disfrutando de Valencia, ciudad que, porque no decirlo, también le ha dado mucha satisfacción personal a él y a su familia y dónde sabe que pase lo que pase siempre se sentirá como en casa.
Sé que, por suerte, no soy el único que piensa de esta manera y que pese a la lejanía, les gustaría que Rafael Benítez, siga perteneciendo al pasado y al presente de nuestro equipo.
Ojalá vuelvas algún día Rafa. Toda una ciudad te espera
Anoche me vino la imagen a la cabeza de Cañizares llorando mientras tiraba con rabia la medalla del subcampeonato de Europa. Famosa foto que dio la vuelta al mundo y que fue motivo de burlas para unos y, sin embargo, motivo de orgullo para otros. La época de Cúper, aunque nos cueste reconocerlo, empezó a hacernos grandes.
A partir de ahí, lo más importante de aquello, sin duda, fue que quedara patente una mentalidad que ha calado en lo más hondo del valencianismo y que a día de hoy no ha cesado. Eran otros tiempos, el Valencia jugaba a ganar todos los partidos, y cuando digo a ganar, me refiero a que se dejaba la piel y el alma, conjuntamente, en el campo. O mejor, como le gustaba decir al entrenador que a partir de entonces, los dirigía, Don Rafael Benítez, los jugadores salían al 110%.
¿Por qué pienso ahora en lo que ocurrió aquella noche? Desde que nos dejó Rafa Benítez, el equipo carece de carácter y lo ha venido demostrando a lo largo de dos años tediosos. El juego ramplón, la dejadez de algunos jugadores, la actitud desafiante de algunos técnicos. Parece que son malos tiempos pese a volver a Europa, eso sí, por la puerta de atrás viendo lo visto. Estuvimos a seis puntos del primer puesto y, cuando toda la afición volvía a tener esa sensación que Benítez transmitía en todos sus partidos, nuestro entrenador se encargaba de devolvernos a la realidad. Nosotros somos animadores decía, nuestro objetivo es entrar en Champions, no pugnar por la liga. ¡Por dios, que estamos a seis puntos! No puedo evitar acordarme de una rueda de prensa que hizo Rafa Benítez sino me equivoco a mediados de Abril. “Vamos a darlo todo y la afición debe ser la primera en ayudarnos a conseguir el título de liga”. ¿A cuantos puntos estábamos entonces del primero? Lástima no recordarlo, porque lo que hizo el Valencia ese año fue de escándalo.
Don Rafael Benítez supo ganarse a todo el valencianismo y, creo que eso quedó sobradamente demostrado el día que se fue. Todos “lloramos” su marcha. Hablo de la afición, claro, porque los medios de comunicación ya se encargaron de dañar un poco su reputación hablando de su marcha “por dinero”, cuando todos sabemos que fue por “disparidad de opiniones” con directivos que, por otro lado, ya no continúan en el Club.
Las lágrimas de Rafa Benítez eran lágrimas del aficionado de a pie que veía como una etapa de supremacía europea e incluso mundial (mejor equipo del mundo en el 2004) terminaba. Un ciclo concluía y, creedme, a día de hoy, y por muchos títulos que podamos ganar, nadie me va a poder dar todo lo que me dio aquel “desconocido” entrenador. Parece que muchos no quieren darse cuenta, pero hay un antes y un después. Antes nos conformábamos con entrar en la UEFA. Ahora estamos hambrientos de título. La mentalidad ha cambiado, y esa era la mentalidad de Rafa Benítez que supo transmitirla a todos los estamentos del valencianismo. Empezando por sus jugadores que creyeron en sus posibilidades y nos dieron grandes noches de fútbol, seguidos por directivos que empezaron a trabajar para un club que cambiaba de nivel y acabando por cada uno de los aficionados que ahora estamos ansiosos por ver un equipo que sea capaz de parecerse a aquel de hace apenas dos años, dos años que parecen dos décadas, por cierto.
Pero Rafa Benítez no sólo fue un artífice para el buen rendimiento deportivo del Valencia. Aunque parezca que no, a día de hoy, nos ha dejado bastantes beneficios económicos que en años venideros pueden ser más. ¿Cómo? Hacer un equipo grande, conocido mundialmente conlleva las famosas giras asiáticas, que si bien es cierto que a nivel económico no aporta mucho, nos abre al mayor mercado consumista del planeta. Los asiáticos son grandes seguidores del fútbol europeo y gastan grandes cantidades de dinero en merchandising. Blanco y en botella…
Sin irnos tan lejos, aquí en Valencia, la consecución de los títulos de liga, los subcampeonatos de Europa, la UEFA, etc., ha hecho que su duplique la venta de productos del Valencia, la apertura de nuevas tiendas en toda la Comunidad Valenciana. Pero no contento con esto, ha conseguido que la demanda de pases para ver al Valencia en Mestalla aumente considerablemente haciendo que la lista de espera sea interminable. Esa demanda hace reflexionar al Valencia C.F. ¿Qué podemos hacer para satisfacer a tantos aficionados? Estadio nuevo.
No se trata de darle a Rafa Benítez todos los méritos de lo grande que se ha hecho, por suerte, este equipo, pero si que quiero hacer ver que, gran culpa la ha tenido él, y le estaré eternamente agradecido.
Ojalá, podamos verle otra vez dirigiendo al Valencia. Ojalá, podamos verle otra vez disfrutando de Valencia, ciudad que, porque no decirlo, también le ha dado mucha satisfacción personal a él y a su familia y dónde sabe que pase lo que pase siempre se sentirá como en casa.
Sé que, por suerte, no soy el único que piensa de esta manera y que pese a la lejanía, les gustaría que Rafael Benítez, siga perteneciendo al pasado y al presente de nuestro equipo.
Ojalá vuelvas algún día Rafa. Toda una ciudad te espera
